El hierro es el cuarto elemento más abundante en la corteza terrestre __representa el 5% de su peso total__, por lo que su papel clave en la evolución de la historia de la humanidad era inevitable. Actualmente, es uno de los materiales más utilizados en la construcción, el sector agrícola, alimentario o el químico, entre otras industrias, principalmente en su aleación más conocida, el acero. Algunas características del hierro, como su dureza y resistencia, le han permitido llegar hasta nuestros días como un elemento integrado en la vida de toda persona, con una interesante evolución a lo largo de los siglos.
Aunque antes del II milenio a. C. se conservan pocos restos de objetos férreos, principalmente en Irak, Irán, Turquía y Egipto, a partir del año 1200 a. C. comienza la verdadera historia del hierro, que llega incluso a dar nombre a toda una era: la Edad del Hierro __hasta el 550 a.C.__. Fueron los hititas los que, obteniendo la materia prima en los yacimientos del Cáucaso, el Tauro e Irán, desarrollaron las técnicas de la herrería en Anatolia, que se extendieron rápidamente por Asia y Europa.
Usos y evolución del hierro
La época de propagación de este material fue violenta, marcada por invasiones y guerras de los distintos pobladores del momento, por lo que se utilizó en gran medida en la producción de armas, aunque sin olvidar sus usos agrícolas y para todo tipo de herramientas cotidianas.
En Europa, el bronce siguió utilizándose, por ejemplo, durante el periodo de esplendor del Imperio Romano, por lo que algunos historiadores sitúan el gran momento del hierro ya en la Edad Media. Talleres de armaduras, cotas de malla y herraduras proliferaron especialmente en la zona de los francos, mientras que en el norte del continente predominaban las rejas de arado de metal para la labranza. A partir de entonces, los usos del hierro y la industria metalúrgica experimentaron un crecimiento y una expansión continuas por todo el mundo, llegando incluso a protagonizar tratados de enseñanza en el siglo XVI. El nacimiento de la imprenta sin duda propició también el conocimiento de las técnicas y los avances a través de los libros.
La Revolución Industrial
Los altos hornos fueron el desencadenante de la Revolución Industrial en el siglo XVIII, ya que sus altas temperaturas permitieron producir masivamente hierro colado y acero. Sin duda, el nacimiento de otra de las eras más importantes para la humanidad, unida nuevamente a este material milenario que sumó a los usos del hierro la construcción de puentes colgantes, buques de vapor, trenes y sus vías o maquinaria para la industria textil. Incluso revolucionó la estructura de los edificios, marcando además la historia de la arquitectura y del arte con monumentos tan conocidos como la Torre Eiffel de París.
Aunque el crecimiento en altura llegó en el siglo XX, trascendiendo las fronteras del uso del hierro en el armamento de las grandes guerras. Permitió así el nacimiento de los rascacielos, que pugnan hasta la actualidad por llegar hasta el cielo como auténticas torres de Babel. Sin duda, la historia del hierro no ha terminado, y seguirá marcando la evolución de la humanidad y sus conquistas tecnológicas.